COMENTARIO FUNCIONES DEL LENGUAJE – 1B(1)

Este texto extraído del periódico El País, escrito por Paul Krugman y titulado "Australia nos enseña el camino hacia el infierno" presenta determinados rasgos lingüísticos que determinan las siguientes funciones del lenguaje.

Mediante la función representativa, el autor pretende expresar datos de manera objetiva. Dentro de los rasgos fónicos utiliza oraciones enunciativas ("Los incendios de Australia constituirán…), con las que quiere mostrar una serie de datos sin valoraciones subjetivas. También podemos encontrar rasgos morfosintácticos, por ejemplo, el uso de verbos en la tercera personas del indicativo, como son "constituirán, predecía, aterran, …", o el empleo de un vocabulario descriptivo (histórico, australiano, graduales, …) con el que trata de clasificar los sustantivos a los que acompañan sin expresar subjetividad. Otra forma mediante la que el autor expone el tema a tratar de forma objetiva es el uso de construcciones impersonales ("Se trataba de un asunto complejo") o de pasivas reflejas ("¿cómo se alcanzará ese consenso?", "las pesadillas de los ecologistas se hacen realidad"), consiguiendo enfatizar objetivamente en la información expuesta, sin dar detalles del sujeto de la acción. Además, para formar estas oraciones, utiliza un orden lógico para dar mejor a entender sus ideas. Finalmente, podemos observar el uso de verbos copulativos y construcciones atributivas para informar sobre la realidad ("… el mundo no es racional", "… es exactamente el tipo de catástrofe que…"). En cuanto a los rasgos léxico-semánticos, Paul Krugman hace uso de un lenguaje denotativo mediante neologismos y tecnicismos (antiecologistas, cambio climático, efecto invernadero…), destacando la ausencia de elementos de subjetividad. Por último, observamos la presencia de marcadores textuales para ofrecer una comprensión más sencilla del texto o para manifestar una suma de ideas (de hecho, es decir, de modo que…).

Paul Krugman utiliza la función emotiva al mismo tiempo para tratar el tema desde un punto de vista más personal. Observamos rasgos morfosintácticos, como el vocabulario valorativo mediante el que califica a los sustantivos a los que acompaña con un juicio subjetivos (abrumadores, devastadoras, catastróficas…), el uso de verbos en subjuntivo (hubiese, estableciesen, terminaran, …) para mostrar la opinión del autor y verbos en primera persona del plural (debíamos esperar, tomábamos…), con los que Paul Krugman pretende incluirnos en su opinión y le da al texto gran fuerza subjetiva. Observamos el uso de perífrasis verbales de duda que simplemente pretenden mostrar la opinión del autor ("deberían ser…", "parece mostrarse…"). Encontramos el uso de sufijos despectivos ("verdosillos"), adverbios de opinión ("completamente") y verbos copulativos acompañados de un atributo ("Pero el mundo no es racional"). Con todo esto el autor le aporta mayor fuerza subjetiva al texto y expresa sus sentimientos, emociones, valoraciones, … acerca del tema. Por último, paso a señalar los recursos léxico-semánticos del texto, como es el lenguaje connotativo. El autor expresa una fuerte subjetividad y exageración mediante varias hipérboles, por ejemplo: "La crisis climática… acabaría convirtiéndose en el equivalente moral de la guerra", "estas reacciones políticas aterran más que los propios incendios" o "las pesadillas de los ecologistas se hacen realidad".

Finalmente, el autor busca llamar la atención del lector para lograr cambiar su comportamiento y trata de convencerlo provocando alguna respuesta. La función que se encarga de la convicción y de la argumentación es la apelativa. Podemos encontrar ciertos rasgos como las oraciones interrogativas retóricas ("¿cómo se alcanzará ese consenso?), pretendiendo hacer pensar al lector, o las oraciones exhortativas ("debíamos esperar si no tomábamos medidas"), para influir en el lector mediante un mandato. En cuanto a los rasgos morfosintácticos, vemos que Paul Krugman emplea infinitivos con valor de mandato ("salvar el planeta") y el subjuntivo con valor de ruego ("estableciesen medidas urgentes"), tratando de modificar pensamientos y comportamientos. Utiliza la primera personas del plural para hacer un llamamiento al público ("debíamos", "tomábamos"). Finalmente, en cuanto a rasgos léxico-semánticos, distinguimos el uso de argumentos de negaciones categóricas, "… el mundo no es racional", para expresar su opinión y provocar respuestas en el lector. También, para argumentarse, el autor emplea la experiencia australiana, ofreciendo datos y ejemplos ("la experiencia australiana d a entender…") y argumentos del conocimiento y de autoridad para influir en el público ("Un informe encargado en 2008 por el Gobierno australiano predecía que…").